2024-08-12 06:54
Siempre se asoma así, tímidamente ansiosa, añorando esconderse. Apenas nos acompaña en nuestra infancia donde la inocencia reina y nos protege de los ojos ajenos, las críticas y expectativas. Luego en la adolescencia, la vergüenza nos expulsa del paraíso, nos culpa por haber comido el fruto prohibido y nos convierte en mayores que se atacan los unos a los otros de frente y sus espaldas en pos de la supremacía y la moral.