Nos hemos acostumbrado tanto al contenido de valor gratis que ya no apreciamos una mierda.
Como creadora de contenido estoy cada vez más cansada y cada vez con menos ganas de seguir aportando.
Tocará pensar en un modelo de negocio donde cobre por el tiempo invertido y no lo regale esperando que alguien lo valore y le dé un puñetero like sentado en la taza del váter.