2024-07-19 01:41
El café, tibio, entre sus labios, despierta deseos dormidos, miradas intensas, sin pausa, en cada sorbo, un suspiro.
Sus manos se buscan, se encuentran, en la mesa, un toque sutil, el calor del café se refleja en sus pieles, ardientes, febril.
El aroma se mezcla en el aire, con promesas de noches sin fin, sus cuerpos, tan cerca, tan vivos, despiertan pasiones en su confín.
En la intimidad de la noche, bajo la luz tenue y suave, el café, cómplice de sus secretos, revela sus almas, sin llave.