Querida Soledad, Trompadas que da la vida, dándote un golpe de realidad. El dolor se asoma, la nube gris se posa arriba tuyo dispuesta a iniciar su ataque. Pero si él te mide tú sé más, dale la mano sin perder la decencia y no te rindas bajo su presencia. No hay que caer en su vil trampa porque te conduce a su laberinto.