Estoy en esa etapa de mi vida donde la energía y las ganas de hacer mil cosas me invaden. Pero también soy mamá de dos niñas pequeñas y sé que debo dedicarles tiempo. A veces es frustrante tener que controlar mi mente y recordarme que ellas van a crecer, y que lo más importante es disfrutar estos momentos con ellas. Siendo perfeccionista, me cuesta delegar y hacer las cosas rápido, porque quiero que todo salga bien. Y cuando algo no sale como esperaba o me interrumpen, ¡la frustración aparece!