Es más, a quienes juzgan tan duro a esas personas, por el dolor que causan en su familia, no sean tan injustos. Esas decisiones extremas no son con un juicio de realidad al 100, son en el minuto de desesperación máxima por dejar de sentir lo que sienten. Jamás lo hacen con la idea de hacer sufrir a los suyos. No hay cabeza en esa desregulación para pensar en ello. Quizás algunos, dejan cartas pidiendo perdón. La salud mental es un tema mundial, que está en franca crisis. No juzguen tan duro.