Jugar con las reglas del sistema me ha vaciado, pues el papel moneda llena el estómago y ahueca el alma. Yo soñaba con crear algo para mis semejantes, y por mucho tiempo arrullé sueños en mis brazos. Hasta que perdí todo lo que el sistema me dio y logré despertar. El sueño que arrullé durante años nunca pudo dormir, el lloraba por las noches y yo fingía no escucharlo. El pedía mi atención y no se la dí. El pedía salir y conocer al mundo y no se lo permití. Es hora de nacer, querido sueño.