2025-01-13 12:26
El sábado, como todos los fines de semana, mi hijo tuvo partido. En general, las familias tenemos buen rollo, pero siempre hay alguien que rompe la armonía.
El partido fue complicado. En un momento, uno de los chicos no pudo más: la presión le sobrepasó y sufrió un ataque de ansiedad.
Desde la grada, todos nos preocupamos. Su madre, encaramada a la barandilla, preguntaba cómo estaba. Le tranquilizaron: el cuerpo técnico estaba con él.