Cansado ya de vivir, de continuo, en el filo de la navaja. Solo quien ha vivido la crudeza de habitar en ese extremo lugar será capaz de ponerse mis zapatos y entender cuanto digo y cuánto siento. Y es que cuesta trasladar latidos del corazón a lágrimas y sonrisas. Emociones a palabras, sentires a ideas, o traducir palpitaciones a pensamientos. Cuesta mantener el equilibrio y la cordura, viviendo siempre en peligro, viviendo en el precipicio a escasos milímetros de una muerte anun