La peor gente que he conocido en mi vida no es aquella que está enojada con la vida y que piensa que todo está malo, sino aquella que se cree ser de luz, comparte citas bíblicas, habla de sanar el alma y los corazones, de buenas costumbres, de bondad y de pensamiento positivo. Por lo menos si alguien muestra los dientes te puede dar alguna advertencia, la otra gente es peor porque tiene un disfraz sonriente y después te enteras de lo hipócrita y malintencionada que puede llegar a ser.