2025-03-18 21:45
La ciencia nos dice que el tiempo para el hombre es absoluto. La religión nos dice que el tiempo para Dios, fuente de amor, es relativo.
Y lo maravilloso de todo esto es que ambas verdades podemos experimentarlas. En el día a día los relojes avanzan y no paran. Tiempo lineal, previsible, rítmico.
Pero cuando el amor entra en juego, todo cambia. Cuando te abrazan, cuando te besan, cuando te miran fijamente a los ojos... Todo se para, todo se detiene. El tiempo obedece al amor. Es maravilloso.